Atrás quedaron tardes y tardes de espera, tardes que a veces parecían infinitas, tardes que no acababan nunca, tardes que solo el tiempo las dejaría pasar como el mar deja pasar a las olas.
Esperábamos impacientes el día que fuésemos a tirarnos por la rampa y alguien nos dijera: ¡no, no tirarse, quedarse aquí arriba, dadnos nombres y apellidos nos hacen falta almas valientes, limpias de corazón y llenas de ilusión, marineros en todo caso pero sobre todo valientes que quieran emprender un viaje y nos ayuden a cumplir con el destino!. Plaza de embarco que no supimos rechazar.
¡Atención tripulación! os habla el capitán del galeón se que esto no será tarea fácil y asumo toda responsabilidad tanto si fracasamos en el intento como si llegamos a tierra firme donde nos espera la gloria, solo os puedo decir eso. también
Os digo que llevo a marineros nuevos pero valientes capaz de cualquier cosa, lo noto en sus caras, estoy seguro que no me defraudaran, espero que ustedes tampoco por eso ha llegado la hora de deciros a partir de aquí seremos como una familia y solo quiero que el que no de la vida por alguno de mis hombres que desembarque antes de que sea demasiado tarde.
Si emprendemos el viaje y fracasamos nos recordaran por valientes que fuimos. Los niños jugaran a imitarnos montados en sus barcos de cartón e intentaran navegar por donde ustedes marineros os vi navegar por primera vez por la sagrada rampa que ve el nuevo amanecer, el futuro soñado, la paz conseguida fruto del trabajo bien echo.
También os digo que si alzamos la vista y vemos mas allá del horizonte, allá a lo lejos mas de donde podéis imaginar allí y solo allí esta la gloria, conseguid llegar hasta ella y será vuestra.
Escribiréis en la historia vuestra propia página y sobre todo seréis eternos. No digo que sea fácil porque os mentiría solo con mirar hasta arriba y ver la colina me pone la carne de gallina.
Sabéis la incansable tarea de los salmones que dan su vida por conseguir llegar río arriba, no descansan hasta llegar a su destino y luego mueren ellos también, escriben su propia historia, pero esta vez tendremos suerte, con nosotros han venido dos naves cargadas con mas marineros dispuestos a morir con nosotros, ellos van armados con cornetas y tambores, también formaran parte de nuestra historia puesto que nos ayudaran a sortear las olas con mas soltura.
Solo con la ayuda de un timonel estaría la tripulación mas que dispuesta a emprender un viaje único y navegar por el tiempo hasta conseguir nuestra gloria.
Señor, señor yo conozco a ese timonel lo ví contando batallas en un par de ocasiones, no me acuerdo bien señor, solo puedo decir que decía algo de su nave la candelaria la llamaba y creo que el se llamaba Ignacio pero lo conocían mas por Díaz de la Serna creo que será pieza indispensable de apoyo y madurez a la hora de afrontar muchos problemas señor, intentaremos que nos acompañe en tan difícil tarea.
¡Llego el momento!. La tripulación cansada por el esfuerzo realizado durante el viaje no veía el fin del mismo cuando por la popa asomó la inmensa colina río arriba q desde abajo parece ser imposible de vulnerar, pero ya os dije que en mi galeón solo llevaba almas limpia y llenas de ilusión, capaces de todo por conseguir su objetivo, y si a eso le sumamos un discurso que recorrió todas las aguas y las hizo llorar.
Y con ellos a 40 hombres fueron las palabras de un viejo pirata al que solo lo imposible lo hacia aun mas fuerte. Cerrad los ojos y pensar en los vuestros, en los seres que queréis, ellos nos acompañaran a llegar arriba porque solos no podremos.
Al terminar de pasar la ultima ola la voz ronca del capitán rebotó en toda la colina y entre eco y eco se escuchaba: ¡seguid remando, estáis llegando a la gloria, mi único deseo es llevaros hasta donde os merecéis!. ¡Quiero morir con vosotros hay abajo, os envidio por como sois, simplemente los mejores!
Cada momento, cada ola sorteada, cada apuro pasado, cada voz dada y tomada como orden para ustedes, las considero parte de mí. Solo os puedo decir que sigáis siendo ustedes, mi cuadrilla, mi tripulación, compañeros unidos por el destino, seguid siendo como sois y seréis ETERNOS.
Escrito por :
Alejandro Montero Soltero
(Costalero de Ntro. Padre Jesús Cautivo de Almonte)
1 comentario:
Cautivos suyos somos porque es el mejor capitan, timonel y remero.
Muy hermoso Francisco.
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