REFLEXIONES DE UN ALMONTEÑO

Autor: José Miguel Pérez Albarrán - Perecito

Soy un joven almonteño, que debido a tantos insultos, mentiras y acusaciones tras lo ocurrido en la salida procesional de la patrona de Almonte, la Virgen del Rocío, se siente ya cansado de tan lamentable actuación por algunos individuos y escribe unas palabras para intentar que a más de uno se le aclaren las ideas y no suelten tantas sandeces.

Quiero, antes de empezar, decir que todas mis palabras están escritas con el máximo respeto, que respetaré las críticas y a los que no estén de acuerdo. Dejar claro también que todo lo que diré está basado en mi opinión, aunque sé que esta es compartida por unos pocos.

Empiezo poniendo en conocimiento de las personas que no son del Almonte, las palabras de nuestros mayores. Nuestros mayores ya venían previendo en el silencio un hecho así, quizás no tan brutal, pero en definitiva, casi que no les han pillado de susto. En boca de nuestros mayores está la palabra: forasteros. Echan culpa de lo ocurrido a los forasteros que no nos dejan trabajar a aquellos que estamos debajo de nuestra patrona, y que hacen, muchas veces, que nuestra Virgen caiga al suelo y por ende, haya acabado ocurriendo la rotura del varal.

La salida de la Virgen es una tradición, una tradición que pertenece al pueblo de Almonte. Comprendo que las personas que no han nacido en Almonte tengan tal devoción y fe hacia la Virgen del Rocío, que su mayor pasión sea poder tocarla. Puede que muchas de estas personas incluso tengan más devoción y fe que algún almonteño, por eso reitero que entiendo que la quieran tocar e incluso llevarla sobre sus hombros, pero esto no puede ser. No puede ser porque este derecho pertenece al pueblo de Almonte y también porque la mayoría no saben trabajar ahí debajo, como dije, esto es una tradición, una tradición que se pasa de padres a hijos. En mi caso, mi padre me enseñó a meterme, mi abuelo me enseñó a meterme, mi tío me enseñó a meterme. Cualquiera puede pensar que esto es cuestión de llegar, encontrar hueco y empujar, y no, no es así. Hay que saber esperar, no molestar a tus compañeros y luego saber llevarla sobre tu hombro. Cuando una persona que no sabe llevarla, llega molestando a la Virgen, y se consigue meter, en cuanto que le cae semejante peso en los hombros, se echan abajo y salen corriendo dejando un hueco, que en la mayoría de las veces, provoca que se caiga la Virgen.

No es normal que yo cuando voy a meterme debajo de mi patrona, vea a tantísimas persona que no son de Almonte, dando empujones, molestando y quitando el escaso aire que tenemos ahí abajo al grito de “¡Vamos, para delante! ¡Qué no pasa nada!”. Muchos cuando les pido que se aparten, me responden educadamente que están ahí para ayudar, no sé si todos de verdad quieren ayudar, pero la realidad es que no lo hacen; ayudan más disfrutando viendo, a su también Virgen del Rocío, apartados y dejando al pueblo de Almonte llevarla, que se luzca y que pase por su hermandad y disfruten de ese momento. Muchos otros, cuando les pido que se aparten, me responden mal e incluso llegan a desafiarme, entonces cuando yo o alguno de mis hermanos almonteños les repetimos, por segunda, tercera y cuarta vez, que se aparten, y no lo hacen… llega esa quinta vez de manera ya no tan respetuosa y luego nos tachan de brutos, maleducados y violentos. Estas personas, y recalco, con todo el respeto del mundo, deben de comprender que debajo de la Virgen del Rocío, van unas personas que por culpa de situaciones así, pueden llegar incluso a perder la vida o crearles lesiones, puede parecer exagerado, pero esto es así y, que para mí es peor, que le pase algo a nuestra Virgen del Rocío.

Este año he visto numerosas mujeres que salen volando para poder tocar a la Virgen y que caen encima de los almonteños que la llevamos sobre nuestros hombros; esto es muy peligroso, no solo por nosotros, sino también por nuestra patrona que, al caerse de mala manera, por situaciones así, puede pasar lo que ha pasado este año, o algo peor… esto no lo quieren comprender.

También he visto muchas mujeres (Mujeres que no son de Almonte) en el pelotón alrededor de la Virgen, mujeres que ahí solo hacen mal para su Virgen, porque no dejan llevarla bien ya que estorban. Y lo que más me sorprende, es que luego gritan pidiendo por favor que quieren salir, que se ahogan… no entiendo por qué se meten ahí entonces.De verdad que comprendo la devoción de la gente que no es de Almonte, que sin ellos el Rocío no sería lo mismo, pero por favor, comprendan que la Virgen del Rocío es del pueblo de Almonte y que el privilegio de llevarla es de nosotros. Déjennos trabajar bien, disfruten apartados, que al fin y al cabo, lo que el pueblo de Almonte quiere es llevar a nuestra Virgen, la Virgen de todos, la Virgen del Rocío, a vuestras hermandades para que le recéis la Salve y le pidáis vuestros mayores deseos.

Espero que no penséis que esto que pido es un acto egoísta, porque no es así. La Virgen del Rocío es la patrona de Almonte, pero es la Estrella Guía de todos los creyentes en ella, pero por el bien de esta y de todos, para que el Rocío y la Virgen del Rocío duren eternamente, la cosa debe de cambiar.

No quiero terminar esta parte sin comentar algo que muchos amigos míos han dicho. Los almonteños respetamos a vuestros santos y jamás verán a un almonteño queriendo coger a uno de sus santos, estoy seguro. Por poner un ejemplo más concreto: seguro que ningún almonteño, va a ver a la Virgen de las Cabezas e intenta cogerla, seguro… ese deber y privilegio es de su pueblo, ellos saben y deben ser los que la lleven, y lo hagan bien, para el disfrute de ellos y de todos los creyentes y los que tengan devoción a esa virgen.

Creo que debo de ser justo y también criticar algunos hechos de mis hermanos almonteños, porque claro está, no somos perfectos… También tenemos culpa de lo ocurrido, no podemos eludir nuestro deber de afrontar esta realidad.

Pienso que se ha perdido mucho el respeto y los valores que se tenían antiguamente… e incluso, muchos se meten por meter y no por devoción, fe y amor hacía nuestra patrona, y pruebas de ello tengo.

Lo primero, no nos podemos pelar tantísimo como nos peleamos entre nosotros. Todos estamos ahí por el mismo motivo, Ella, y a veces hay momentos de tensión, pero no es la manera adecuada de descargarla golpear a tu hermano almonteño que está ahí luchando contigo para que nuestra patrona vaya luciéndose por las arenas del Rocío.

Mencionar también un hecho que nunca comprenderé, y para ello, lo expondré hablando desde mi propia experiencia. Muchas veces, incluso cuando me acabo de meter, viene alguien diciéndome que me quite, que me salga que estoy muy cansado! Solo para meterse él, y no esperar su momento, como yo he hecho antes de meterme. Mi padre siempre me lo dice: ‘’No tengas prisa…’’ y es así, hago mal entrando de esa manera y quitando a un compañero.

No respetamos tampoco los que nuestros mayores, que están metidos debajo de nuestra virgen, nos dicen. He visto unas pocas de veces como alguno de nuestros mayores se marcha cabreado porque los jóvenes queremos hacer lo que nos da la gana, y al menos en esta situación no podemos hacer lo que nos dé la gana, ellos saben más que nosotros, no nos engañemos. Tenemos demasiada prisa… cosa que en realidad comprendo, yo es llegar la noche del domingo y “no caber en el pellejo” como nosotros decimos, ansioso de meterme, un año esperando a poder llevarla, pero debemos hacer una autorreflexión, debemos esperar nuestro momento por el bien de nosotros, y más importante, por el bien de nuestra Virgen, para que no se caiga tantísimo.

Quiero contar también una experiencia que este año le ha ocurrido a mi padre. Mi padre tubo un percance con un chaval de Almonte que se quería salir de abajo sin buscar un relevo, mi padre le pidió que se esperara a que llegara otro a ocupar su lugar, para evitar una caída de la Virgen, pero este chaval le golpeó, salió corriendo y la Virgen al suelo… Yo no soy perfecto y seguramente me equivocaré mucho metido abajo, pero siempre que me voy a salir, a veces al borde del desmayo, no lo hago hasta que uno de mis hermanos está para ocupar mi lugar y así asegurar que nuestra patrona vaya derecha y no se caiga porque un costero vaya más cargado que otro.

En cuanto al salto de la reja, creo que los que no nos consigamos posicionar en el paso, debemos de hacer otra labor en vez de empujar y no dejarnos trabajar a nosotros mismos. Esta labor puede ser incluso más importante que ser tú el que esté debajo sacando a la Virgen del Rocío, esta labor es hacer un pasillo para que la Virgen pueda avanzar por la iglesia a hombros y no se caiga, como ocurrió este año, que dio un gran golpe en las escaleras, y estoy seguro, que este hecho condiciono mucho a lo que paso horas después; el paso sufre mucho desgasto por golpes así, golpes que son innecesarios, que se pueden evitar. Hemos tenido que sufrir un percance para que todos, el pueblo de Almonte, trabajemos a una, como una piña, como hacían los antiguos. Ha hecho falta que veamos a nuestra patrona en peligro para que hagamos un pasillo y esta avance perfecta. En mi humilde opinión, nuestra Virgen iría mejor si trabajáramos todos a una y no cada uno a lo suyo. Debemos hacer más caso a los mayores y a los grandes que son los que dirigen a los pequeños que estamos debajo de Ella y nos dan el aire que necesitamos, ellos tienen más perspectiva que nosotros ahí abajo.

Cierto es, que es inevitable que la Virgen se caiga, sí que se caiga tanto, pero debemos intentar hacer una cosa, en vez de apartarnos cuando se cae, como hacen muchos, arriesgar nuestras propias vidas si hiciera falta solo para que nuestra patrona toque el suelo como si flotando viniera, lo más suave posible, aguantándola con nuestras almas, con nuestro último aliento, y luego ¡para arriba con ella otra vez!

En definitiva, espero que la rotura del varal, que ha hecho romper el alma de todos los almonteños y de todas las personas devotas de la Virgen del Rocío, nos haga mejores, que pensemos en lo que hacemos y que el año que viene y por los restos, no vuelva a pasar algo así, y que nuestra Blanca Paloma vaya deslizándose en los hombros de sus hijos, por las arenas del Rocío y todos disfrutemos de ello.

Y a aquellos que insultasteis al pueblo de Almonte, a aquellos que seguramente no hayáis pisado nunca el Rocío y por conclusión, no tengáis ni idea de lo que es aquello, si vais o lo hacéis algún día, espero que tengáis vergüenza y no le pidáis a un almonteño: “Por favor, déjame tocarla…”

Sin más, gracias a todos, espero no haber molestado a nadie y, Viva la Virgen del Rocío!