RESPONSABILIDAD Y RESPETO

Cuando el sol comenzaba a calentar en el Real del Rocío, me encontraba en la casa del Flamero (frente a la casa de las camaristas), descansando y bebiendo un poco de agua, quedaba poco tiempo para vivir uno de los momentos más emotivos de mi procesión. Cuando la Virgen visitara Huelva, la esperaría subido en un poyete, con mi guitarra en la mano, junto a mis hermanos y Manuel Ramos. Senderos volvería a cantarle frente a frente.

Pero justo cuando comentábamos  el difícil desarrollo que estaba teniendo la procesión un abrumador estruendo se apoderó de toda aquella plaza. Estruendo que dio paso al silencio más angustioso que haya vivido nunca. Tras el silencio, saltaba un increíble e inquietante rumor de boca en boca: se había partido un varal del paso y la virgen debía volver a su altar.

¡No me lo podía creer! Pero era cierto, sólo tuvimos que andar 100 m. para comprobar cómo ya estaban amarrando el varal con decenas de pañuelos de cocos.

Desde donde estaba, podía ver el lugar donde este año no le cantaríamos, pero fue entonces viendo como la Virgen emprendía su camino de  vuelta hasta la ermita, cuando cobró sentido la sevillana que  como una premonición le cantamos el año pasado:

NO SE SI DEBIERA

La virgen no visitaría sus simpecados. Se cortaba la tensión en el ambiente y entre los llantos y el nerviosismo provocados por la gran incertidumbre de la situación, Almonte supo estar a la altura de las circunstancias dejando a la Virgen en su altar y evitando cualquier otro percance de mayor envergadura, en 20 minutos escasos.

Durante ese trayecto la Virgen fue serena y derecha.
¿Por qué ahora sí y antes no?

Bajo mi punto de vista, todos y cada uno de los rocieros que vivimos aquel desafortunado incidente, dimos un gran ejemplo de RESPETO Y RESPONSABILIDAD.

Falta muy poco para que nuestra Virgen vuelva a salir a la calle y estoy convencido de que si mantenemos el RESPETO Y LA RESPONSABILIDAD con el que acabó la trágica procesión del año pasado, jamás volverá a ocurrir algo parecido.

Sólo le pido a la Virgen que llegado el mediodía del Lunes, mis únicas lágrimas sean las que corren por mi mejilla cuando dentro de la ermita, siento que el Rocío acaba y rezo bajito estas letrillas:

                         1º

Como brillaba su cara

con la luz del mediodía

como temblaba mi alma

sentía escapar mi vida

al ver de nuevo sus andas

sobre el blanco de la ermita.

  

2º

Aquel semblante sereno

Al primer rayo del alba

se refugia en mis recuerdo

mientras pierdo la esperanza

de rezar con mis esfuerzos

De nuevo bajo sus andas

3º

Que pronto se desvanece

el mejor de los momentos

La vida misma termina

se acaban todos los sueños

 y a contraluz su mirada

Se va perdiendo en el templo.

Estribillo

Pasa el tiempo en un instante,

Se va el alma en un suspiro

Y aunque las fuerzas te fallen

quisieras llevarla siempre

”pa” que este Rocío no acabe.

4º

Y no se amansa el bullicio

Pero me embarga el silencio

Y “apretao” entre el gentío

Con Ella a solas me encuentro

No me hacen falta palabras

Ella sabe lo que siento.

Y en silencio yo le pido

Que no me falte ese Lunes

Ni mis hombros doloridos

Ni la fe, ni el sentimiento

Con el que siempre he vivido.

Reflexión de un Almonteño